"Estoy condenado a morir y revivir infinitamente... Y estoy dispuesto a amarte en cada una de mis vidas." Roier está maldito; su alma está condenada a no dejar nunca la tierra. No importa cuantas veces su cuerpo terrenal deje de funcionar, su espíritu es expulsado hacia otra realidad, donde es obligado a comenzar de nuevo. Y en cada una de esas vidas, siempre encuentra a Cellbit. Y en cada una de esas vidas... Cellbit lo ve morir.