Una medicina para el interior. Cuando la mente quiere descansar, pero el cuerpo de Genya no le permite retraer su forma demoníaca después de tanto tiempo. ¿Qué verdaderamente cura? Puede estar corrompido. Sus ojos no ven la realidad, sus propias manos rasgan su carne, sus dientes están famelicos a matar; tanto que se han afilado como las garras de un lobo. Pero, ¿su corazón es realmente el de una bestia? Tanjiro no lo cree. Tanjiro sabe que no.