
•¡no te merezco! No quiero hacerte daño -Anunció Silah sin remordimiento-. •Silah, tu no me haces daño.. Tú me llenas de vida, no digas eso.. -Pronunció suavemente John para tranquilizarla- acto seguido la tomo de los abrazos, quedo frente a frente con ella y la besó.All Rights Reserved