Después de la devastadora muerte de Sandor, Joe fue internado en St. Jude's, el hospital psiquiátrico donde cada día parecía un eco interminable de dolor. La figura de Sandor le parecía más real en sus alucinaciones que los demás pacientes, un reflejo oscuro que lo conectaba a una vida pasada que ya no existía. Joe abrazaba el recuerdo, aunque le desgarraba, hasta que un chico se cruzó en su camino. La noche en que Campbell Bain se escabulló en su habitación, Joe sintió un cambio en el aire. Campbell tenía algo en su sonrisa, una mezcla de ternura y desafío que Joe apenas comprendía. -Creo que no soy bueno amando -dijo Joe, sintiendo una honestidad extraña en sus propias palabras, como si estuviera revelando un secreto peligroso. Campbell se recostó contra la pared y, tras un instante de silencio, respondió suavemente: -Nadie es bueno amando. Pero, si quieres, podemos aprender juntos. En ese instante, Joe vio una chispa en Campbell, una luz que amenazaba con desbordar la oscuridad que cargaban. Y, sin saberlo, en esa misma noche ambos estaban sembrando la semilla de algo que desafiaba la lógica y el caos de sus mentes. "Cuando el amor florece, lo hace en cualquier lugar del mundo, hasta en un internado puede prosperar y florecer como el amor más puro." [Jobell]
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