1980, Inglaterra.
Park Jimin proviene de una familia con un largo linaje nómada moderno, él quien nunca ha sido capaz de aferrarse a nada porque aprendió que acostumbrarse, encariñarse y aferrarse tiene consecuencias desgarradoras, empieza a pensar diferente cuando, durante una mañana, un misterioso chico entra por la ventana de su habitación.
A partir de ese momento las cosas evolucionan a un ritmo aterrador y Jimin intenta vanamente ignorar esos escalofríos que lo atraviesan cada vez que camina por el pasillo del segundo piso, esa respiración temblorosa que se le pega a la nuca y esas miradas desde cada rincón oscuro que acechan lo mas profundo de su intimidad. Ahí es cuando tendrá que abrazar su singularidad, aquella que creyó, lo había aislado durante mucho tiempo, convirtiéndola en una herramienta para resolver lo que sea que este sucediendo ahí, en ese pueblo al borde de perecer y en esa casa que parece tener vida propia.