Dulces tentaciones. (No soy Romeo y ni tú Julieta) -creí que me amabas...-repuso la muchacha con la cabeza baja. El dolor en sus ojos del chico era evidente, pero era tanta su cobardía que nisiquiera le miraba. -creér es para los debiles.-dijo después de una larga pausa. -por lo menos, di que me apreciaste-dijo con desespero buscando los ojos de aquél hombre que tanto ama. -eres poca cosa para mi.-dijo dandose una media vuelta. Cuando estaba apunto de comenzár su caminata, un fuerte peso por detras lo detuvo. Unos pequeños brazos lo rodeaban apegandolos al cuerpo de la pequeña chica. Los ojos de pantera se comenzaban a nublar, se estaba juntando en ellos ese liquido llamado: lágrimas. «los hombres no lloran.» se dijo mentalmente. -... Por favor...-dijo en un susurro.-Romeo nunca se apartó de Julieta-suplicó. -no soy Romeo y ni tú Julieta-dijo con voz seca e indiferente.