Lo que susurran los peces ©

"El mar tiene estas cosas; todo lo devuelve después de un tiempo, especialmente los recuerdos". -Carlos Ruiz Zafón.

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Maya nunca ha podido revelarle a los demás que tiene un amigo imaginario, tal vez porque sabe que no es algo normal para una chica de diecisiete. Pero nada en su vida ha sido lo mismo desde que sobrevivió a ese accidente de autobús hace cinco años, y quizás la aparición de Ronan fue lo único bueno que le siguió a ese suceso.

Ronan ha estado con ella desde que despertó en el hospital y la ha apoyado en sus peores momentos. Incluso puede decir que han crecido juntos, aunque ella sabe que quizás él no es más que un producto de su mente trastornada. Sin embargo, le aterra que en algún momento su única compañía en las buenas y en las malas pueda desaparecer, y cada día sueña con cómo sería todo si él fuera una persona real.

¿Podría Ronan quererla y quedarse siempre a su lado?

Todo cambia cuando Maya se ve obligada a hurgar en su pasado para desbloquear sus recuerdos del accidente, porque lo que encuentra no es precisamente lo que estaba buscando: Ronan no es un invento de su mente a causa del trauma, sino otro de los niños que viajaban ese día en el autobús y que, al parecer, no logró sobrevivir.

¿Qué haces si descubres que tu amigo imaginario nunca ha estado realmente dentro de tu imaginación?

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