Miro su cabello cobrizo que brilla un poco más con el sol, su risa leve y sus ojos miel que apenas se distinguen por su enorme sonrisa. Jamás creí que podría sentirme segura en un lugar que no fuera la casa de mis padres pero aquí estoy, sentada junto a su familia, riendo de las anécdotas de cuando ella era pequeña. Jamás creí que aquella chica deportista y de pocas palabras se volvería importante en mi vida diaria a tal punto que solo necesito un mensaje de su parte para estar bien. No sabía que ella se sentiría como la calma luego de la tormenta, como el arcoiris durante la lluvia, como un rayo de sol en invierno. No sabía que ella llenaría cada espacio que parecía vacío en mi vida, que me ayudaría a salir de la mierda en que estaba metida, que me regresaría a mi antigua yo. Que me daría tanta paz y seguridad haciéndome enloquecer ante cualquiera que quisiera tener su atención. Cuando pedí su ayuda con una estúpida clase no sabía que ella estaba a punto de cambiar mi vida. Llegó con su porte despreocupado, pocas palabras y todas sus constelaciones a robarme cada trozo de lo que alguna vez fue mi corazón. Mi promesa fue clara, no quería nada más que a ella y eso lo tenía claro. 《 No habrán estrellas mientras no estés conmigo. Esto es nuestro. 》 Admito que fue mi culpa, yo hice el primer movimiento que lo cambió todo, pero se me fue de las manos en cuanto el adictivo de sus labios contra los míos se volvió insoportable. Nunca creí que podría pasarme a mí, nunca creí que podría sentirme atraída por una chica hasta que ella se encargó de borrar cada una de las manchas sobre mi piel. Sabía que era una locura, sabía que no era buena idea besar a mi nueva amiga pero aún así lo hice. La sangre me hervía de los celos, verla de la mano con otra chica me estaba matando y entonces simplemente dejé de pensar. Dejé de pensar y me dejé llevar en cada segundo que estaba a su alrededor. Me dejé llevar por lo que sentí.All Rights Reserved