Cientos de familias escuchaban los gritos de felicidad, pero no se podían alegrar por una victoria que se les hacía ajena.
La guerra había acabado, pero sus hijos no habían regresado.
Un promesa echa desde niños, un compromiso entre familias, ambos querían esto pero....al crecer te das cuenta que nada es fácil, que la gente cambia y que quizá las trabas para ser felices puedan vencerlos...