«Zorra». Así es como me han llamado siempre. No lo veo mal, en realidad. Simplemente es una prueba más de lo escurridiza e inteligente que soy. Sin embargo, por diferentes problemas, la zorra termina metiéndose en la boca del lobo. Una lucha entre dos animales primitivos. ¿Qué gana? ¿La inteligencia de los zorros o la unión de los lobos?