Ikigai

"Odio tu voz, odio tus labios. Odio cuánto quiero robarte un beso, pero eres todo lo que he estado soñando."

La vida de Elian se volvió complicada desde que su mamá murió, para empeorar las cosas su padre era un alcohólico y un adicto a las apuestas.

¿Quien creen que tendría que cargar aquella responsabilidad?

Sin ser suficiente, en la universidad el próximo mariscal de campo, Samael le arrojó su bandeja de comida en el almuerzo. Para Elian, todo parece indicar que fue por haber ignorado a Sam en una reunión con los entrenadores.

¿Qué pasaría si Elian decide devolverle el favor? Las cosas en casa ya eran demasiado difíciles como para agregar un bravucón a la lista. Desde que su guerra empezó, Elian por fin pudo comportarse como alguien de su edad, sin tener que preocuparse por crecer inmediatamente para resolver asuntos que no le correspondían.

Con Sam a su lado, la vida valía la pena ser vivida.