- ¿Eres idiota? -grité sin quitar la mirada de mis piernas. Sentí como alguien se reía a carcajadas -Perdona. - ¿Perdona? -Levante la mirada hacia aquel chico, alto que vestía bastante arreglado. - Si, perdona. Iba distraído y no te he visto -dijo dedicándome una sonrisa perfecta y ofreciéndome un pañuelo. - ¿Tengo cara de que me importa una mierda? -dije frunciendo el ceño y cogiendo el pañuelo de mala gana. - Oh vamos, ¿qué tal si te relajas? - ¿Qué tal si tú te callas de una vez?- usando el pañuelo; limpié mi pierna de café, y sin más le tiré el pañuelo al pecho manchando su camisa y caminé a paso rápido sonriendo con malicia.-