Yo soy Daniela, encantada. Tengo 14 años, adoro la música, soy la típica empollona de la que se ríen por no salir todos los findes, por tener mal físico y por no haber dado el primer beso, bueno, lo he dado, pero nadie sabe de ello, solo mis amigas. Tengo muchos defectos más pero dejémoslo en otra más del montón. Nunca he creído en el amor ni tampoco lo voy a hacer. Lo que os voy a contar es mi historia de amor, la que ni yo me creí cuando estaba pasando, era todo demasiado bonito pero acabó. No sé si la vida me hizo un favor por eso no sé si es un final feliz o no. Nunca sabes como va a acabar todo, aún me siguen pasando cosas. En resumen, desde mi punto de vista fue bonito, mientras duró.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.