días tras día, un sufrimiento interminable. Solo un pensamiento me salva de la locura y de la desesperación. Ella, mi razón de vivir todas mis mañanas, la razón por la que ningún golpe o rasguño llega a afectarme, es solo pensar en Hilda lo que evita que mi asqueroso cuerpo se descomponga, elude los gusanos y el olor penetrante de mi repugnante hastío cuerpo podrido.All Rights Reserved
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