Entonces, Sebastián comprendió que es un estúpido. Ahí tocó fondo. Supo que perdió a una chica que estaría dispuesta a dar todo por él. Ahí, cuando vió al amor de su vida abrazada con el amor de su vida.
Le cayó la ficha. Recordó cuando eran chicos, recordó todo. Recordó las noches pensando en ella. Recordó las tardes en la plaza. Recordó los almuerzos que tenían juntos. Recordó cuando le pedía permiso a su papá para que se quedara a dormir en su casa. Recordó cuando se dieron su primer beso. Recordó cuando la defendía ante todos. Recordó cuando Rosa lloro con el. Recordó los mimos, abrazos, salidas, celos, cariños. TODO. Y recordó el dolor de no haber sido nada pero tener las ganas de serlo TODO.
Rosa se percata de su presencia al igual que lo que parecía ser su novio. Más alto que ella, pelo negro, piel blanca, ojos verdes y una cara que aparentaba ser un estúpido (a ojos de Sebastián)
Allí, en aquel pasillo del supermercado CARREFOUR sobre la intersección de calles José Pedro Varela y Allende. En aquel pasillo de heladeras lleno de yogurt, leche y queso parecía que lo más frío era el corazón de Sebastián.
Estaban ahí, frente a frente.
Rosa: Se...¿Sebastián? -dijo ella nerviosa-
Sebastián estaba en shock, no podía ni llorar. Pero su corazón estaba consumido en tristeza y llanto.
???: ¿Lo conocés? ¿Quién es?
Rosa: Es un amigo. Te acordás que te conté de él.
???: Ahhh, sii. Sebastián, tenés que estar contento. La familia de Rosa habla muy bien de vos, tienen ganas de verte.
Rosa: No hacía falta que mencionaras eso, ¡Ja, ja, ja! Bueno, Sebastián fue muy lindo verte. Vamos a seguir comprando, chau.
???: Chau, chico.
Rosa ni lo saludo con un beso, simplemente agitando su mano mientras se distanciaba con su novio. El acto que hizo reaccionar a Sebastián fue cuando mientras se alejaban, el muchacho que ni siquiera se presentó para a Rosa en fin de darle un beso. Sebastián, juro enamorar a Rosa de vu
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...