Cuando eres la superestrella más famosa de Hollywood y vives en el encerrado armario, no hay forma de que puedas dejar que la noche previa a San Valentín te saquen a rastras del bar más homosexual de todo Nueva York. Tony, en pos de conservar su carrera y con un celular que no piensa cooperar, da el número de su amigo al barman, con la esperanza de que alguien pueda ir a socorrerlo. Pero el alcohol le juega una mala pasada y por un giro del destino (mejor conocido como su descomunal borrachera) el mensaje en su lugar le llegue a un sexy paramédico del cuerpo de bomberos de Nueva York y ya nada volverá a ser como antes.