Todo forma parte del recuerdo. Recordamos a quienes nos lastimaron, nos amaron con locura, aquellos que nos ayudaron en algún momento difícil, quienes odiamos... El recuerdo es algo importante, y no valorado hasta que algo sucede y se pierde. Eso es exactamente lo que le sucedió a Daniel Moore, aquél chico de veinticuatro años amante de los libros. Cuando un accidente se hace presente y sufre una pérdida temporal de memoria, se siente perdido, desolado y angustiado, no le interesa recuperar su vida anterior, y mucho menos salir de su casa. Todo esto, claro, hasta la llegada de aquél chico de rulos, ojos celestes y linda sonrisa.