El medio marino se está volviendo cada vez más grave debido a la contaminación por basura. Como la última sirena del mundo, Chu Yue decidió abandonar a regañadientes su ciudad natal en el océano e ir a tierra para vivir en tierras lejanas. Chu Yue todavía recordaba que el abuelo Sirena una vez le habló de la vida humana en la tierra. La ciudad está llena de edificios bajos, calles anchas, cielos azules y limpios, comerciantes humanos gritando y vendiendo... todos estos son aspectos de la vida en la sociedad humana. Después de dejar el océano donde había vivido durante muchos años, Chu Yue se sintió un poco incómodo en su corazón. Con expectativas y esperanzas de una nueva vida, se embarcó en un nuevo camino para vivir en la tierra y trabajó duro para disfrazarse exitosamente de un ser humano común y corriente. Sin embargo, después de aterrizar... Chu Yue miró los densos edificios de gran altura de la ciudad, el tráfico que fluía por las carreteras principales de la ciudad, el sonido de las bocinas de los automóviles y las densas multitudes que surgían en la vía peatonal, sin un final a la vista. Todos sostienen un pequeño objeto parecido a un ladrillo en sus manos y deslizan los dedos sobre él sin levantar la cabeza mientras caminan. Chu Yue: "..."