Cuando nacemos no tenemos idea cuál será nuestro futuro, llegamos a este mundo desnudos, sin expectativas, sin sueños ni esperanzas, venimos al mundo como una caja vacía que espera ser llenada de amor, cuidados, buenos tratos y mucha paciencia para que eso nos ayude a formar nuestro carácter e identidad. Pero no todos tienen la fortuna de nacer en una familia modelo. Muchos crecen con la idea de haber nacido en la familia equivocada, de no encajar en ninguna parte, de haber salido de otro mundo porque en este planeta no logran encontrar un lugar donde sentirse personas únicas e importantes. Ana Florecía se sentía así, encerrada en una burbuja rodeada de mucha gente, pero en su interior se sentía sola y atrapada sin poder huir a ninguna parte. Su única escapatoria estaba en su imaginación. ¿Hasta donde podría soportar Ana vivir una vida a la que no le encontraba sentido? ¿Hasta donde estaría dispuesta a llegar para salir de su escondite emocional? ¿Qué le deparará la vida sino cambia su destino?