Martin ha sido siempre un chico tranquilo y tímido, apasionado de la danza y de los videojuegos. Cuando llega a Madrid para estudiar ingeniería naval, una carrera que no le entusiasma para nada, jamás se hubiera imaginado que acabaría liado en una fiesta con Juanjo, su futuro compañero de proyecto en La Feria de la Física, una pequeña competición sobre problemas y ejercicios de física llevada a cabo por diferentes universidades de Madrid.
Juanjo se enfrenta a su tercer año de carrera sin ninguna gana, pues sabe que lo que está haciendo no es lo que le apasiona realmente. Sin embargo, tras conocer a Martin de manera fortuita en una fiesta y verse obligado a pasar tiempo con él para poder ganar La Feria de la Física, Juanjo comienza a darse cuenta de que en la vida lo más importante es perseguir sus sueños y ser él mismo, aunque eso signifique afrontar sus propios miedos o defraudar a su entorno.
Martin y Juanjo no pueden ser más opuestos, y sin embargo una fuerza magnética les atrae el uno hacia el otro, como si fueran los polos opuestos de dos imanes. El problema es que Juanjo está aún dentro del armario, y que Martin tiene un exnovio que parece hacerle la vida imposible... Nada es fácil de controlar para ambos chicos, y mucho menos de quien se enamora cada uno. Porque en el amor lo mejor es dejar que todo fluya según las leyes de la física.
Martin nunca notó a Juanjo.
¿O tal vez sí?
Una noche de verano, en un bar abarrotado, un encuentro casual.
Y lo único que queda es un beso robado contra la barra.
Dos años después, el destino vuelve a cruzarlos en el mismo campus universitario:
Juanjo está en su tercer año de Bellas Artes. Martin ha llegado a la ciudad como estudiante Erasmus.
Pero esta vez es Juanjo quien lo nota.
Sus ojos y sus lápices, escondidos tras el cristal de la ventana de su dormitorio, siguen a una persona que ahora es su vecino de enfrente y que no ha cambiado para nada desde aquella noche.
Igual de provocador, igual de impredecible, capaz de cambiar de pareja con la misma rapidez con la que apaga un cigarro.
Y entonces, todo sucede de repente: Un apagón. Una travesura que ocultar. Una colaboración forzada.
La distancia desaparece. El deseo vuelve.
Y el juego empieza otra vez.
Uno huye. El otro lo persigue.
Perderá quien caiga en la tentación por segunda vez.