Capítulo 1
La verdad que Gala tenía cientos y cientos de sueños por cumplir, tenía tantos que no sabía ni por donde empezar.
Gala era un adolescente de 17 años. Era medio castaña medio rubia, de ojos raros, de ojos..verdes y azules. Aquella chica era dulce, tímida, vergonzosa y insegura de si misma.
Su principal sueño era ser peluquera, siempre le encantó el mundo de la estética. De pequeña Gala cogía sus muñecas y les hacía virgerías en el pelo. De hecho, sus amigas siempre querían que Gala les hiciera cosas en el pelo, ya que todo el mundo le decía que realmente la peluquería era lo suyo.
Estaba apunto de acabar el instituto, y tenía claro que en acabarlo se iría a estudiar lo que realmente le gustaba, la peluquería.
Gala era de esas chicas que tenía pocas amigas, pocas pero buenas. Tras pasar una difícil infancia, se había dado cuenta de que amigas verdaderas hay pocas. Pero había una, una que siempre estuvo, que nunca se fue, una que pasase lo que pasase seguía ahí, Maeva.
Maeva y Gala se conocieron en primero de la Eso, y fueron inseparables desde entonces. Tenían sus enfadados y sus disculpas como todas las verdaderas amistades.
Maeva era dulce, amable, vulnerable, algo tímida, cabezona, y muchas más cualidades, pero Gala no era de esas personas que se fijaba en el físico, si no en el interior. Y desde que vio a Maeva supo que esa chica tenía algo especial que no todas tenían.
Gala vivía a las a fueras de Calpe, aquel pueblo cuyo protaginista era el péñon, el Péñon de Ifach.
Vivía en una casa de campo, con mucho terreno y muchos animales. Tenía tres perros, un pony, llamado Pocholo, gallinas, tres gatos y muchos más. Gala adoraba cada uno de sus animales, por decirlo así era una chica de campo.
Vivía a 3 kilometros del pueblo, junto a sus padres, Nicky y Fabián. Era hija única, aveces una consecuencia y otras un punto positivo.
¿Puede una chica romántica y delicada enamorarse de alguien tan ruda como Lynn Loud? Issabella Abrams era esa chica: amante del color rosa, del maquillaje, la poesía, y de las historias de amor. Todo lo contrario a Lynn Loud, quien prefería la acción, los deportes y no se preocupaba demasiado por lo sentimental.
A pesar de sus diferencias, había algo en Lynn que atraía a Issabella. Tal vez era su valentía o su determinación, o quizás el hecho de que Lynn no temía ser exactamente quien era. Mientras que Lynn también sentía cierto interés en Issabella, no entendía como no podía tentarse en ganar y ser la número uno, veía que ella era como una suave brisa que acariciaba el rostro hasta de quien no merecía con dulzura, dulzura que raramente a Lynn le encantaba.