Después de que un intento de suicidio le quitara todo, Dandara pensó que su vida por fin acabaría; sin trabajo, con su familia en contra de ella, sin una sola persona que quisiera escucharla llorar aún. Viviendo una vida sin propósito alguno.
Pero de pronto el propósito cayó del cielo, como tinta en una página de periódico: Santa María de la Semilla, un pueblo fresero con solo cinco habitantes que buscaba gente para ser repoblado. Un buen lugar para volver a empezar, para ser la persona feliz y calmada en la cual quiere convertirse.
Pero su nuevo vecino, Vladimir, parece querer sacar lo peor de ella: No le presta azúcar, le ensucia los zapatos y parece estar convenciendo a su gato para odiarla también.
Mas en un pueblo con solo seis personas, no es muy conveniente tener enemigos, y pronto Vlad se dará cuenta de ello, y ambos aprenderán juntos que aquel famoso dicho es verdad: Del odio al amor hay solamente un paso.
En Estados Unidos los cuerpos basados en estereotipos siguen estando presentes.
Naya ha vivido en una familia mexicana, rodeada de la gran variedad de cuerpos, el suyo jamás fue un problema para ella pero si para el resto que no tardan en hacer burlas al respecto.
Nail en verdad es un chico cualquiera, puede pasar por alto en cualquier entorno, porque tiene el cabellor rubio y es delgado, como el resto.
Lo que lleva a qué estos dos mundo choquen es una apuesta, salir con la gorda está misión de Nail y a Naya no le caería mal unos cuantos dólares extras por hacer creer que se enamora cada que ocurre una nueva cita.
Citas pagadas es lo que destina ser la chica que nadie quiere.
Pero, ¿Qué pasa si estas citas concluyen en algo mas que una amistad?
¿Y si solo confunden sus sentimientos?
¿Podrán unas citas crear algo mas que dinero facil?