Genevieve se encuentra desempleada, y la situación la está llevando al borde de la locura, ya que el escaso sueldo de su padre apenas alcanza para costear la comida. Aunque su madre se esfuerza en conseguir dinero extra limpiando casas de gente adinerada, también está agotada, y la preocupación de Genevieve aumenta ante la posibilidad de que algo le suceda debido al estrés y cansancio. Desesperada por ayudar a su familia, la idea de convertirse en criminal cruza su mente, pero antes de tomar decisiones impulsivas, su suerte da un giro inesperado al recibir una invitación al campamento de los reyes, un exclusivo espacio al que solo algunos son invitados cada año.