En el abismo de la desesperación, donde cada día era una batalla contra la oscuridad que amenazaba con devorarme, ella surgió como un destello de esperanza en medio del caos. La nana de la guardería, con su mirada compasiva y su corazón gentil, se convirtió en mi ángel guardián en un mundo que había perdido toda bondad. Recuerdo cómo me rescató de las garras de la tortura, cómo me sostuvo cuando mis fuerzas flaqueaban y mi espíritu se quebraba. Cada palabra suya era un bálsamo para mis heridas, cada gesto de bondad era un recordatorio de que aún quedaba algo bueno en esta empresa retorcida por el sufrimiento. A través de sus acciones, encontré la fuerza para seguir adelante, la determinación para no rendirme ante la desesperación que amenazaba con consumirme. Ella se convirtió en mi todo: mi confidente, mi protectora, mi razón para seguir luchando. En medio del horror que me rodeaba, ella era mi refugio, mi santuario de paz en un mar de caos. Y aunque el dolor y las cicatrices del pasado nunca desaparecerán por completo, sé que mientras ella esté a mi lado, nunca estaré solo. Porque en este mundo oscuro y despiadado, ella es mi luz, mi ángel, mi mundo entero. [créditos al autor del dibujo de la portada]