«En Mondstadt había conocido a un chico. Se llamaba Diluc, y recordaba a la perfección su pelo rojo, ojos carmesís y su sonrisa. Éramos adolescentes, valientes e impulsivos y, sin haberlo planeado, nos enamoramos. Aunque éramos simplemente unos críos, fue probablemente la mejor etapa de mi vida.» .................. (Por favor, leer el disclaimer del inicio)