Elenor y el Conde

"Su voz la acarició con toda la dulzura que un hombre frío es capaz de invocar"

"Verlo en el corazón de la madrugada le causó una arrolladora sensación de intimidad, como si viviera algo que no tenía permitido vivir. Lo vio por primera vez vulnerable, sin la capa negra que lo seguía como armadura. Los ojos, desnudos del desasosiego que traen las horas de sol, la desarmaron con la crudeza de toda su melancolía..."

"Elenor no sabía qué decir. Cantar a mil desconocidos era más fácil que susurrar al conde, siquiera una palabra..."