¿Qué ocurre cuando el paso del tiempo, comparable al de un suspiro helado, termina por helar la calidez de los recuerdos? Cuando termina por hundir en el más profundo olvido el amor de un abrazo, el placer de una caricia, el gusto de contar con un amigo.
¿Qué ocurre cuando de repente la vida cambia sin más, sin avisar, y no queda otra opción viable salvo adaptarse a la nueva realidad?
Aún cuando esta no se desea, aún cuando el corazón se niega a latir en lugares tan oscuros y tenebrosos como la propia soledad.
Una mestiza de poder incalculable que supo dar la cara al destino.
Una Fortaleza hallada en el lugar más despiadado del mapa, donde pueden demostrarlo aquellos destinados a un futuro incierto y desolador, bien con palabras, cicatrices o sangre.