Para entrar en el programa de protección de testigos solo hay cuatro normas: 1.- No te fíes de nadie, cualquiera puede querer matarte. 2.- No cabrees a la poli, es tu mejor aliada. 3.- Sé discreta, llamar la atención hará que acabes con una bala en la cabeza. 4.- No te encariñes, nadie puede conocerte, y probablemente tengas que abandonar a esa gente cualquier día. Esta es la nueva vida de Emily Sanders, ahora Aby Lawliet, que tras condenar a su padre es enviada a una universidad a Australia para comenzar una nueva vida. Una vida alejada de todo lo que representa su familia. Pero las cosas no serán fáciles para ella, un chico con nombre de demonio aparecerá para desestabilizarla y ella acabará dependiendo de él más de lo que querría.