Se suponía que la vida de Arabella Stacy era perfecta. Una kook con dinero, rodeada de buenos amigos y una familia amorosa, parecía tenerlo todo. Pero nadie, ni siquiera ella, sabía cómo todo eso cambiaría con la llegada de él a su vida. Arabella siempre había sido la envidia de todos. Sus días estaban llenos de lujos y despreocupación, con las fiestas en la playa y las cenas en los restaurantes más exclusivos. Sin embargo, detrás de su sonrisa radiante y su actitud despreocupada, se escondía una inquietud que ni ella misma podía explicar. Era como si su vida, aunque aparentemente perfecta, careciera de algo esencial, algo que ni el dinero ni los amigos podían llenar. ¿Conoces ese sentimiento de "tristeza de verano"? Esa melancolía que se arrastra durante los días cálidos, cuando el sol brilla intensamente pero tu corazón se siente pesado y vacío. Ese mismo sentimiento era el que Pope Heyward había experimentado desde que el amor de su vida se había ido. Cada día, Pope la extrañaba con una intensidad que le dolía el alma, como las estrellas que extrañan al sol en el cielo de la mañana, sabiendo que su brillo solo puede ser apreciado en la oscuridad de la noche. Cuando él apareció en la vida de Arabella, todo comenzó a cambiar. No era solo su presencia lo que alteraba su mundo, sino la conexión profunda e inexplicable que sentía hacia él. Era como si, de repente, todas las piezas de su vida comenzaran a encajar de una manera que nunca antes había imaginado. Y con esa conexión, Arabella comenzó a entender lo que Pope sentía. La tristeza de verano dejó de ser solo una frase para convertirse en una realidad palpable, mientras su corazón comenzaba a descubrir la profundidad del amor y la pérdida. ── EN EDICIÓN 𝗦𝗢𝗖𝗜𝗔𝗟 𝗠𝗘𝗗𝗜𝗔 𝗹 - jxf ★ inic
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