Los lazos con los humanos rara vez se dan con los lycan pero la diosa Annia tenía otros planes. Kaira Fénix estaba saliendo de un tortuoso divorcio cuando se mudó al sur del país, un lugar frío y muy lejos de su hogar. En cambio, Tahiel Yamanik tiene su manada bien formada, su territorio delimitado, sus emociones controladas como alfa y su concentración cien por ciento en la caza. Como un lobo seminómada buscando un lugar donde parar con su manada, sintió un aroma dulce, enloqueció, su lobo había encontrado a su pareja y demandaba tenerla. Kaira escucha el aullido de un lobo, se asusta y cae al río con tanta mala suerte que se golpea con una roca. Allí Tahiel decide salvarla y llevarla a sus territorios. Nada será fácil, todo será contracorriente, ellos tienen dos semanas para rechazarse o emparejarse. A veces, lo que está destinado a pasar... siempre encontrará una manera única, fantástica, e inesperada para hacerse realidad.