Una cámara siempre encendidas, vídeos a montón que solo acumulan vistas y toda una falsa vida expuesta a espectadores deseosos de más... Mucho más. Muchos adoran la atención de las masas, adoran el reconocimiento y la fama. Otros prefieren la atención en el anonimato, esconder su identidad y mantener su bajo perfil. Pero el mundo a veces es injusto, el internet muchas veces no perdona ni mucho menos olvida. Y en estos últimos casos, cuando una máscara oculta quien eres en verdad del internet, hay qué preguntarse... ¿Sigues manteniendo tu identidad? ¿O solo finges para agradar a quién está detrás de la pantalla? ¿De verdad vale la pena arriesgar el anonimato para hacer justicia? Por qué para ver quién es inocente o no, solo se necesita la ayuda de una cámara