En los ojos de Kaveh, en sus últimos momentos de conciencia, se pudo notar todo el odio y resentimiento hacia Alhaitham. Esa mirada suya se fue desvaneciendo hasta que Kaveh finalmente perdió la conciencia y se quedó dormido, en su cuerpo corrían pequeños espasmos, como si entre su inconciencia aún intentase escapar. Alhaitham suspiró para sí mismo al ver el odio en la mirada de Kaveh justo antes de que el sedante haga efecto. Le indignaba verlo así, pero sabía que no tenía otra alternativa según el criterio de sus retorcidos pensamientos ya que Kaveh aún era demasiado obstinado para ser dominado fácilmente sin el sedante. Debía romperlo, debía hacer añicos hasta la última esperanza del arquitecto. "Veo que todavía me odias, Kaveh"... . . . Contiene temas muy fuertes, abuso físico y sexual, se recomienda discreción Actualización mensual