En el crepúsculo de su existencia, Escanor se sumergió en un abismo de melancolía. Las despedidas a sus camaradas habían sido dichas, pero un vacío inexplicable lo consumía. '¿Acaso me fue negado un final dichoso?' se cuestionaba entre sombras eternas. Y en ese momento, cuando la oscuridad parecía infinita, sus ojos se abrieron a una nueva realidad: no solo había sobrevivido, sino que estaba destinado a comenzar de nuevo.