El sonido de los autos zumbaba en mis oídos mientras caminaba por la transitada calle. Era un noche como cualquier otra, no tenía idea de que mi vida estaba a punto de cambiar para siempre. De repente, un ruido estruendoso interrumpió mis pensamientos y antes de que pudiera reaccionar, sentí un impacto brutal que me arrojó a varios metros hacia adelante. El dolor se apoderó de cada centímetro de mi cuerpo y supe en ese momento que algo estaba terriblemente mal. La gente a mi alrededor gritaba y corría en todas direcciones, pero yo no podía moverme. Mis ojos se cerraron lentamente y todo se volvió negro. Cuando abrí los ojos de nuevo, me sorprendió descubrir que estaba en un lugar completamente desconocido. La habitación era oscura, con un olor a humedad que se colaba por mis fosas nasales. Traté de moverme, pero algo me impedía hacerlo. Fue entonces cuando escuché una voz gruesa y melódica que rompió el silencio. "Finalmente despiertas", dijo la voz. "Has tenido mucha suerte de sobrevivir al accidente... Miré alrededor y mis ojos se posaron en un hombre alto y apuesto, con unos ojos oscuros que parecían observarme con una intensidad hipnótica. Él se acercó lentamente, revelando unos colmillos afilados que brillaban ligeramente en la penumbra. "¿Quién eres tú?", pregunté con voz temblorosa"