El amor llega, cautiva, enloquece, y no fue una excepción para Iván y Paula quienes en un tropiezo dieron paso a que sus corazones despertaran con ilusiones, con esperanzas, la diferencia de edades era evidente tal vez, pero ambos estaban dispuestos a luchar sin importar las adversidades o aquellos prejuicios que se presentaran en el camino, porque el verdadero amor no conoce de fronteras, ni se mide con un número.