Desde que hace cuatro años se mudó a Alaska, Sierra vive aislada para mantener a raya la culpa y los remordimientos, pero la boda de Mia amenaza con hacer estallar su burbuja de control y secretos. Desesperada, Sierra decide seguir los consejos de su mejor amiga y fingir que tiene una relación con el idiota de su vecino, también conocido como Wesley Foster. Así, al menos, nadie sospechará que sigue enamorada del hombre con el que su hermana pequeña está a punto de casarse.