Uno: juega. Dos: huye. Tres: investiga. Cuatro: asústate. Cinco: muere. No es solo un juego. Al invocarlos, vosotros destruís vuestro destino. La mismísima muerte. Y eso es lo que desconocían una panda de amigos cualquiera, singular y de lo más normal del mundo adolescente del estado de Nueva York en plena temporada de una de las fiestas estadounidenses más aclamadas: Halloween, también llamado 'La noche de brujas'. Todo empezará como un juego, pero los juegos nunca tienen un final feliz, ¿me equivoco?