Cuerdas del Alma
Hay cuerdas que suelen mover mi cuerpo a su antojo,
cuerdas que me atan a lo correcto, a lo que se espera de una princesa.
He sufrido y he llorado en una habitación donde esas cuerdas no podían alcanzarme,
he vivido como una marioneta, siempre haciendo lo correcto, siempre actuando perfecta.
Un día vi mis venas sangrar en un intento desesperado por liberarme
de las ataduras que mi abuela solía imponerme;
otro día mi cuerpo se convirtió en un lienzo donde saqué el dolor que llevaba dentro.
Dolor por la ausencia de mi madre, por la añoranza de tener a mi padre cerca,
por temer que mi mejor amiga me olvidara, y por no poder ser quien realmente soy,
porque ante mi abuela, debía lucir perfecta.
En mi vigésimo octavo cumpleaños descubrí la verdad, mi verdad,
y esa noche, mi padre y mi abuela finalmente se enteraron de los abusos que había sufrido.
Desde aquel día, fui libre de las cuerdas de mi abuela,
pero ahora enfrento la prueba más dura: encontrar mi propio camino
y forjar mi destino sin hilos que me dirijan.
Hoy camino sin ataduras, escuchando solo a mi corazón.
Descubro quién soy, dejando atrás los miedos y las expectativas ajenas,
porque en mi libertad he encontrado el valor para ser yo misma,
sin máscaras, sin cuerdas, solo con la fuerza de mi alma.
Arthur Zaens, un multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.