El chico frente a mí y el chico del chat no son el mismo

Éramos como el agua y el aceite, podríamos haber causado un hermoso espectáculo a la vista del público, pero realmente no deberíamos estar juntos.
Él y yo éramos tan diferentes como la noche y el día. Sus gustos y preferencias eran el completo opuesto de los míos. Lo que a él le encantaba, a mí me repelía y lo que a mí me fascinaba, a él le resultaba indiferente. Éramos polos opuestos, atraídos por una fuerza inexplicable pero separados por nuestras diferencias.
Aunque fuimos como agua y aceite, incapaces de mezclarnos, siempre recordaré nuestro tiempo juntos. A pesar de nuestras diferencias, compartimos momentos hermosos que siempre llevaré en mi corazón. Y aunque no pudimos estar juntos, siempre valoraré el amor que compartimos.
Aunque, creo, que solo fue de mi parte.
Lo conocí por casualidad, lo quise sin querer y me fui de su lado por mi propio bien.