A mis padres les pareció divertido ponerme el nombre más común de todo el planeta tierra: Carlos. Pero no, yo soy Charlie. Aunque alguna veces me suelen llamar: Murphy ¿Por qué? Déjenme explicarles. Ni buscando en todos los libros de matemáticas de sus escuelas pasadas, encontrarán la cantidad de problemas imposibles de resolver que habrá en este diario. Y tampoco leyendo todas las enciclopedias sobre Biología o Ecología, encontrarán el sinfín de desastres absurdos, trágicos y tristemente irónicos que verán en este diario. Prepárense para un diario que los llevará a la mejor obra de tragicomedia representada por la mismísima ley de Murphy, a quien yo llamo: mi vida diaria. Sean bienvenidos, pueden reírse todo lo que quieran, pero las fotos sin flash. Muchas gracias.
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