Aurora siempre creyó que todo debe estar rodeado de lo firmemente correcto, pero su familia era todo lo contrario, desde la primera vez que descubrió el oscuro secreto de su familia, la aborreció por completo. Destinada a tener un futuro igual a ellos o incluso peor, ella decidió huir de su hogar, un lugar donde la pólvora era el aroma que conocía con precisión.
Es entonces cuando su vida, que parecía brillar como nunca antes, se tornó oscura y oxidada, fue despedida de su trabajo y sin más remedio, tuvo que devolverse a su pueblo natal, su intención era ganarse un poco de dinero y pagar las deudas que tenía hasta el cuello. Se escuchaba fácil, era algo que podía solucionar, pero una madrugada en la oscuridad y en plena calle solitaria, ella presenció un asesinato bajo las manos de alguien muy peculiar.
Con horror y temor hasta sus entrañas, ella huye del lugar, pero el asesino no está dispuesto a dejar clavos sueltos y empieza su búsqueda por el intruso entrometido que observó algo que no debía. Pero, lo más extraño fue que ella nunca lo reportó y es ahí cuando el asesino se obsesiona con saber quién lo vio y por qué no lo reportó con la policía.
Cansados de la problemática de su hija, deciden enviarla a un internado para que cambie su forma de ser; tan traviesa. Allí descubrirá secretos que quizás hubiese preferido mantenerlos ocultos.
La venganza es dulce, pero, ¿qué pasa cuándo debes arriesgarlo todo por limpiar el apellido de la familia?