Después de encontrar un trabajo con un buen puesto, Aaron aparece para hacer de su mundo pedacitos de cristal. Lo que para ella era un nuevo comienzo en su vida profesional, para él es el inicio de un incendio interior que va a dejar a ambos devastados y abrumados emocionalmente. María cree que puede arreglar todo con su amor noble e incondicional, pero a Aaron no se le puede amar, ni se le puede cuidar.