A lo largo de nuestras vidas leímos todo tipo de historias, cuando éramos niños nos gustaban los cuentos de hadas con finales felices. En nuestra inocencia pensábamos que eso podría pasar en la vida real, eso a la medida que hemos crecido ha ido cambiando.
Nos hemos dado cuenta que los finales felices no existen, solo existen los finales. Ya sean felices, tristes, trágicos e inconclusos. Todos hemos llegado a leer todo tipo de historias de amor cliché con final feliz y triste, nadie puede negarme que han leído todo tipo de historias, ya sean de romance, ficción, acción, terror, fantasía, etcétera.
Aunque las únicas historias que no son muy populares y de las que he visto muy pocas, han sido las de amores a distancia. Ese tipo de amor complicado e intenso que te hace amar de formas que no pensaste siquiera que podías sentir.
He leído muchas experiencias de personas que han vivido historias así y han sido fallidas, ya sean por distintas razones. Falta de tiempo, comunicación, desconfianza o simplemente se enfriaron las cosas volviéndose una monotonía, entre otras.
Para muchos es un amor que no va durar, que es una perdida de tiempo. Ya que todo el mundo se basa en la apariencia física de una persona y en el contacto físico. Hasta incluso yo, que estoy escribiendo esto. Sin embargo, esto es diferente. Por que no solo te enamoras de su físico o la belleza externa que refleja una persona. Si no también te enamoras de cosas tan pequeñas como en el sonido de su voz, su manera de ser contigo.
La forma en como un simple mensaje provoca en ti, que tú corazón se acelere con tan solo saber que es esa persona la que te está hablando. Te hace añorarla a cada pequeño minuto deseando con ansias el momento en el que esa persona pueda iluminar tu día compartiendo mensajes.
Este es el comienzo de una historia que voy a narrar, puede no gustarte. Pero dale una oportunidad, tal vez no te decepcione.