Alec Hardy llega a Broadchurch, un pueblito en medio de la nada, en la costa de Dorset, y le roba el puesto de Detective Inspector a Ellie Miller, quien no parece muy complacida con la situación.
Llegados de sus vacaciones, los Miller se encuentran en una situación apremiante: hallan el cadáver de Danny Latimer en la playa.
A partir de ahí, todo es un lío. Todos son sospechosos, y Alec pierde su norte con la joven hija de Miller.
Hardy tiene problemas de corazón literal y metafóricamente hablando.