Elite Way School, cualquiera diría que con semejante nombre el colegio sería un colegio de niños caretas que no tienen más de una neurona. Pero las apariencias engañan, pues no es solo un colegio de niños que son ricos, ya que más de uno tiene que lidiar con los problemas de un digno adolescente. Olivia Recalt, hija de una muy famosa periodista en Argentina y de un grandioso modelo. Antonella y Michel habían criado a una niña educada y puesta en sus estudios, pero que además, sabía luchar por ella misma. No se dejaba achantar por nadie. La Recalt era una chica inteligente, increíblemente linda, valiente y sarcástica. No le gustaba acatar normas, a no ser que fueran muy necesarias. Y sus padres estaban orgullosos de que no fuese igual de estúpida que el resto del mundo y que ella sí tuviera su propia personalidad. Ambos presumían de su hija y ella presumía de sus padres. Una familia feliz que no tiene ningún problema. Una niña extrovertida y sociable, que se llevaba bien con todos, o casi con la mayoría. Hasta que llegan los problemas en el colegio y ahí es cuando se da cuenta de que no todo es tan fácil. La llegada de nuevos alumnos provoca una serie de desgracias, problemas y desentendimientos que hacen que haya un mal ambiente en el colegio. Intentan unirse pero no todos congenian, y eso lo sabe muy bien Olivia, pues con la única persona que no se lleva del todo bien es con Pablo Bustamante, hijo del intendente. Olivia, siendo mejor amiga de Tomás, nunca ha conseguido tener afinidad con el rubio. Sabe perfectamente de qué palo va su relación. Ese odio que tienen y esas bromas y burlas entre ellos provoca que cada vez hablen más, sin darse cuenta. Quizás las cosas no eran como se veían y, realmente, sentían algo dentro de ellos pero nunca se habían dado cuenta.