Vestía de rojo pero no era Caperucita roja cuando el lobo me secuestro, en su sótano a su merced, desnuda con la luna llena de testigo y un cielo estrellado cuando me hizo suya de mil y un maneras posibles, hasta que solo hubo oscuridad absoluta... Un vacío, una marca, un bebé dentro de mí, una corona, como una pesadilla que nunca podré borrar. Historia +18