15 capítulos Em andamento Fermín tiene 21 años, pero parece mucho más pequeño. No solo por sus 1,58 de altura, sino por esa forma dulce de hablar, los ojitos brillantes y esa inocencia que lo hace imposible de odiar. Todos en el vestuario lo adoran: lo cuidan, lo abrazan, le revuelven el pelo como si fuera un hermano menor. Todos... menos Íñigo. Él lo observa desde lejos, en silencio, con una mezcla de ternura contenida y algo más que ni él mismo se atreve a nombrar. Íñigo no habla mucho, pero cada vez que Fermín se le acerca con una sonrisa, algo dentro de él tiembla. Y es que hay cosas que ni el tiempo, ni la diferencia de edad, ni el tamaño pueden detener.