Querida La Naranja, añoro aquellos tiempos de la vida real, cuando no teníamos instagram y te encantaba leerme cuentos. Quisiera volver a tu casa a hacer nada, volver a ser el nadie más feliz junto a tu silla favorita mientras hablábamos de cuentos aburridos y reíamos. Amiga, no sé si algún día las cosas sean mejor que antes. Aquí te dejo estos cuentos en indemnización, mientras sigo preguntando en silencio que te hizo alejar así. Asumo mi culpa, sea cual sea. Con amor, Lasierra. Posdata: Gracias.
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