Ya escucharon hablar sobre tres demonios, los cuales, segun la gente tienen un Poli-amor.
Valentino, Vox y Velvet, los Vees.
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Estoy aquí, por qué me olvidaron, patético, ¿No?, conozco al infierno como la palma de mi mano, pero más a este anillo, el de la soberbia.
Me siento cansada, arrastro mis pies, intentando caminar, mi arma pesa más de lo normal y mis ojos amenazan con cerrarse para nunca más volver a abrirse, vaya forma y lugar donde morir.
Siento las miradas, esas miradas juzgonas y pesadas, esas que me matarían, si es que pudieran claro.
Vaya No-Vida de mierda, ni mi vida fue la mejor, pensaba que mi No-Vida, lo sería, ya vi que no, les importó un bledo si me fui con los demás o me quedé aquí.
Mis alas se arrastran, siento como si en cualquier momento caerán al suelo.
Hasta que lo vi...
Aquellos ojos...
Tan hipnotizantes, no quería que se fuera y ahora, estoy aquí, como su perra, ante ellos, como su esclava, con tal de que estén Serca.
Que patético el amor, ¿No?.
Estar en ese lugar me trae tantos recuerdos, tantas anécdotas, tantas historias,...era el último día en el que estaba ahí y no pude evitar ponerme algo sensible e intensa; sentía un dolor y un vacío tan grande en mi pecho que no pude contener el llanto, siento como las lágrimas ruedan por mis mejillas mientras miro mis muñecas en busca de heridas como cuando lo hacía en las primeras sesiones del grupo de apoyo,...pero no están, no las encuentro por más que las busco y empiezo a desesperarme, a volver a caer al vacío, pero recuerdo toda mi vida, recuerdo mis amistades hipócritas, amores pasajeros que me rompieron el corazón, el acoso que tuve que pasar en el instituto, recuerdo mis inseguridades, mis traumas, mis delirios y mis demonios internos... recuerdo cada una de las cosas que lograron lastimarme, pero ya no siento dolor, ni rencor hacia otras personas, ya no siento nada de lo que sentía al principio; empiezo a entender muchas cosas, empiezo a encontrarme, porque estaba perdida en algún lugar oscuro del que no podía salir, me doy cuenta de todo lo que me dio el grupo y le agradezco al lugar, a mi mugroso y deprimente lugar.
Portada por: Marbeth Uveme