«Hay quien arroja un vidrio roto sobre la playa. Pero hay quien se agacha a recogerlo.» José Narosky. Dejando atrás las transitadas calles de Irlanda, Billie lucha por encontrar paz después de haber sido consumida por el dolor y la pérdida. Atrapada en un remolino de recuerdos dolorosos, apenas encuentra consuelo en su piano, lo único que consigue mantenerla a flote. Matt, un alma compasiva pero incomprendida, halla consuelo en ayudar a los demás mientras lucha por reconciliar sus propias cicatrices. Lo único que tiene claro es que la piel guarda recuerdos, y quizás no todos sean tan oscuros. El destino decide ponerlos a prueba una vez más. Cuando creen que está todo perdido, descubren que la música puede ser el puente que conecta sus almas heridas. A medida que se abren el uno al otro, se enfrentan a la posibilidad de sanar juntos o caer más profundamente en la oscuridad que los rodea. ¿Podrán encontrar la fuerza para superar sus traumas pasados y construir un futuro juntos?